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Los nuevos Ronaldos RoboCup, en Osaka, Japón, es el mundial de fútbol para humanoides. Por Natalia Estefanía Botero Medellín En la clásica posición de un goleador, un robot "humanoide" golpea un diminuto balón. Mientras el cuerpo se ladea, un brazo cibernético se sitúa en la parte posterior de su cuerpo para coger impulso y mandar la esfera al arco. Esta escena se desarrolla en minutos, en medio de un campeonato cibernético, llamado Robocup, que cada año reúne a la elite de la robótica en el mundo para mostrar los avances de la inteligencia artificial. En 2005, un total de 333 equipos de 31 países, se reunieron, durante cinco días, en Osaka, Japón, en donde se batieron en franca lid los androides bípedos en el terreno de juego. La novedad, en esta versión, fue vencer la dificultad que suponía coordinar un duelo y los pases correspondientes entre dos robot del mismo equipo. Si bien el ajedrez se ha considerado como un laboratorio de la inteligencia artificial, "similar a la mosca drosófila para los genetistas, el fútbol ha surgido como un nuevo sitio de experimentación para la robótica", explica el ingeniero Luis Guillermo Restrepo Rivas. Añade que estas ramas especializadas exigen avances cada vez más específicos en razonamiento automatizado, percepción, respuesta rápida en tiempo real, control mecánico y equilibrio, aún más difícil, en ambientes dinámicos. Para lograr estas habilidades, los creadores de los émulos de Ronaldo, deben acudir a la fuente de información más precisa y perfecta: la naturaleza humana. Restrepo Rivas dice que es fundamental filmar, medir y analizar los movimientos de las personas a través de sensores que registren parámetros biomecánicos, como posiciones, velocidades, ángulos entre los miembros, aceleraciones y fuerzas. Luego, continúa el especialista en cibernética, Restrepo Rivas, hay que diseñar sistemas de control computarizado que logren algo similar en las máquinas. Una vez superado este escollo, el siguiente desafío será coordinar varios contendientes robóticos, de manera que cooperen. En franca lid Aunque todavía se está lejos de contar con un equipo completo, con 11 jugadores, los organizadores de Robocup 2005, esperan crear un combinado de robots-futbolistas que sean capaces de derrotar al rey campeón humano de la Copa Mundial de Fútbol del 2050. De hecho, la próxima versión de Robocup será en Bremen, Alemania, y se realizará en consonancia con el Campeonato Mundial de Fútbol 2006. Aunque para algunos está meta es ambiciosa, los avances en "humanoides", en casi 20 años de investigación hacen pensar que este desafío pueda verse más pronto que la meta propuesta. No hay que ir muy lejos para comprobarlo: de androides inestables se ha pasado con fluidez y seguridad a modelos como Asimo, de Honda, el cual sube y baja escaleras, corre a tres kilómetros por hora, camina hacia atrás; y todo lo hace con equilibrio. En su camino se pueden atravesar, de improviso, seres humanos e, incluso, obedece órdenes habladas. También hay robots similares capaces de ponerse de pie en caso de estar tendidos boca abajo en el piso, como el robot HRP-2 de la compañía japonesa Kawada. Crecimiento exponencial Pero se puede esperar aún más, porque el conocimiento de la robótica seguirá el paso de la computación, que según Restrepo Rivas, se beneficiará de la máxima miniaturización, en la que cada bit de información será representado por un sólo átomo. Este avance que se prevé estará listo en el año 2020, pondrá a circular versiones comerciales de la llamada "computación cuántica", que utiliza los fenómenos "extraños" o no intuitivos de la física cuántica para lograr proezas de cómputo que actualmente son sólo un sueño, señala Restrepo Rivas. Por tanto, se pasará de la teoría a la práctica, en una secuencia que también traerá nuevos filones para la robótica, como ayudar en situaciones de emergencia, al ingresar en espacios restringidos o peligrosos para los humanos, con el objetivo de identificar víctimas. Así, la robótica dejará de ser una amenaza para los humanos y pasará a ser su complemento y aliada en la cotidianidad.